En el Silencio, el Silencio habla.
Peregrinos del Silencio, la meditación nos lleva hasta esa dimensión de nosotros mismos donde nos abrimos más allá de nosotros, nos abrimos hacia eso Otro que nos constituye como lo más propio de nuestro ser, eso Innominable, pero no por ello ajeno, que solemos llamar Dios.
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