domingo, 17 de octubre de 2010

El sencillo gozo de la Verdad

El Sencillo Gozo de la Verdad OSB

JOHN MAIN
(1926-1982)

    Santo Tomás de Aquino dice que ´la contemplación consiste en sencillamente gozar la verdad´. ¡Sencillamente gozar!  
   Ahora bien, es verdad que pensar, analizar, comparar y contrastar tiene su lugar y espacio en las diferentes disciplinas, incluyendo la teología.  
   Pero en la contemplación, desde el punto de vista de Santo Tomás de Aquino, o en la meditación, como nosotros la llamamos, no es el momento para pensar, analizar, comparar o contrastar.  La meditación es el tiempo para ser.  Sencillamente gozar.  Y la sencillez a la que se refiere Santo Tomás se refiere a la de la unión, a la unidad.
   El reto para los hombres y mujeres de este siglo es que vivimos una era de intensa actividad,  y parece ser que para poder estar conformes o satisfechos con nuestros problemas o dificultades, entonces debemos hacer algo.  

   Me decía un amigo que se había encontrado a alguien en un hotel y los dos hablaban de los problemas de la vida.  Uno le decía al otro:  ´Mira, si quieres resolver los problemas de tu vida, debes tomar el curso que estoy tomando´.  Mi amigo entonces le preguntó: ´¿Y cuánto tiempo toma?´  El otro le responde:  ´Diez días´.  Luego le describió el curso así como las diferentes técnicas que se requieren para activar la satisfacción personal.
   Nuestra sociedad está llena de este tipo de recursos – cómo ganar amigos o cómo influenciar a la gente.  Todos estos cursos están llenos de ejercicios, procedimientos, cuestionarios para llenar, perfiles que elaborar y así sucesivamente.  Hay algunos cursos que consisten en técnicas exhaustivas en que se restringen los alimentos a los participantes, anunciándoles que pronto va a ser la hora de la comida, que nunca llega.  (De hecho el curso que me describía mi amigo no terminaba sino hasta las 4 de la mañana!).
   Así que todos estos cursos, que abundan en nuestra sociedad, tienen mucho contenido, requieren de mucha participación y actividad.  No hay duda de que algunos de estos cursos tienen su lugar.  Pero hay una historia del islamismo que  debemos conocer antes de abordar estos cursos.  Se trata de un hombre en un pueblo que está buscando su llave pues la había perdido.  Él la buscaba bajo el faro de una calle.  Pasa entonces una persona y le pregunta que qué busca.  El otro le responde que está buscando su llave.  El que pasaba por ahí le ayuda a tratar de encontrarla, pero sin éxito.  Finalmente el que pasaba por ahí le pregunta que en qué parte se le había caído. El otro le responde que como a 50 metros de donde estaban.  El que pasaba entonces le pregunta porqué entonces busca la llave ahí?  Y el otro responde:   "Bueno, es porque aquí hay más luz".
   Esto me hace pensar que somos como ese hombre, buscamos la llave donde hay más luz.  Creo que todo el mundo en nuestra sociedad, en cierto grado, está buscando la llave del misterio de la vida a través de ciertas técnicas y procedimientos conocidos,  y no hay duda de que estos tengan su valor.  

   Pero la búsqueda que estamos haciendo va más allá que cualquier actividad.  No es cuestión de asimilar más conocimientos.  De hecho, se trata de renunciar, de despojarnos. No es una búsqueda, estrictamente hablando.  No estamos buscando a Dios como si Él se hubiera perdido.  Sabemos que Él ahí es y está, y que Él es ahora.  Sabemos que Él está presente en este espacio, en este momento. Y el camino de la meditación que estamos siguiendo es simplemente el estar abiertos a lo que es, a la esencia de Dios y a la esencia de nuestra creación.  
   Esta apertura requiere que estemos abiertos al ahora, al aquí, y que pongamos toda nuestra atención desde la base de nuestro ser.
   Este es el reto de la meditación Cristiana.  De cierta forma debemos abandonar el faro de la calle que nos es familiar y debemos ir a donde la luz no es tan clara o mas bien debemos entrar a la oscuridad.  El aprender a decir nuestro mantra es el compromiso que nos lleva a encontrar la luz dentro de nosotros mismos.
   Santo Tomás habla de sencillamente gozar de la verdad.  El mantra es la llave para esa sencillez. El mantra es de hecho el principio para esa sencillez pura.  Es el renunciar definitivamente a todo lo complejo.  Requerimos solo una palabra. Requerimos la fe de un niño para decir esa palabra.  La verdad a la que se refiere Santo Tomás  es la única verdad que existe.  Es la Verdad que también es el Camino y es el Camino que es la Verdad.
La meditación es sencillamente gozar el Camino.  Es sencillamente gozar la vida. Cuando meditamos es como si nos viéramos reducidos en nuestro ser esencial.  En ese proceso de  reducción  nos hacemos tan pequeños que entonces podremos entrar por el ojo de la aguja.  La meditación nos enseña a ser humildes, y al hacernos pequeños, entramos a la vida, a la vida ilimitada.  

   Aplica esto en la enseñanza del Evangelio de San Juan: ´...Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.  Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad´ (Juan 4:23-24).
   La meditación es hacer contacto total con tu propio espíritu, total contacto con la verdad.  Recuerda el Camino:  Repite tu mantra de principio a fin.  Medita cada mañana y cada noche en total lealtad, sencillez y humildad.  La contemplación consiste en sencillamente gozar la verdad.

Moment of Christ - The Path of Meditation -
John Main,OSB
Traducido por Lucía Gayón

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